martes, 3 de noviembre de 2015

portada

trabajo de informática




laura rosa ropero patiño
yerlis gonzales villegas
juan carlos ayala

1101









presentado al profesor 
             lc           erick martinez








institucion educativa francisco molina sanchez
valledupar
2015

la laboriosidad

La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes que son propios de nuestras circunstancias. El estudiante va a la escuela, el ama de casa se preocupa por los miles de detalles que implican que un hogar sea acogedor, los profesionistas dirigen su actividad a los servicios que prestan. Pero laboriosidad no significa únicamente "cumplir" nuestro trabajo. También implica el ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante nuestro tiempo de descanso; los padres velan por el bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus bienes; los hijos además del estudio proporcionan ayuda en los quehaceres domésticos.
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Al mantenernos en constante actividad, adquirimos una mayor capacidad de esfuerzo, nos hacemos más responsables y llevamos una vida con orden; conscientes que la laboriosidad no es un valor para lucirse en un escaparate, sino un medio para ser más productivos, eficientes y participativos en todo lugar.
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diligencia

La diligencia es la virtud cardinal con la que se combate la pereza. La diligencia procede del latín "Diligere" que significa Amar, pero en un concepto más vago que de su similar latín "Amare" que es más general. Forma parte de la virtud de la caridad ya que está motivada por el amor.
La diligencia, en sentido más alto, es el esmero y el cuidado en ejecutar algo. Una prontitud de hacer algo con gran agilidad tanto interior como exterior. Como toda virtud se trabaja, netamente poniéndola en práctica.
En su calidad de virtud, la diligencia abarca a Dios, a uno mismo y con los demás:
  • Diligencia con Dios significa cumplir con los compromisos con él (oraciones, promesas, mandamientos, etc).
  • Diligencia con uno mismo significa ser activo, no caer en la pereza, con metas fijas y cumpliéndolas a tiempo.
  • Diligencia con los demás significa poner entusiasmo en las acciones que se realizan con y para ellos.
  • Como el roble que se mantiene en pie con entusiasmo y diligencia en sus acciones tanto presentes como futuras.
  • Como aquel guerrero que al aceptar sus errores acepta a la vez el amor completo hacia su persona, para saber así remediarlos por medio de la diligencia.

orden

Se dice que el orden es la disposición metódica, concertada y armoniosa de las cosas, es una regla establecida por la naturaleza para el desenvolvimiento de los hechos y fenómenos. También el orden se relaciona con la paz y la tranquilidad.
Ordenar es pues, el poner en orden, alinear, clasificar, arreglar, encaminar y dirigir a un fin, y en matemáticas, disponer en los términos de manera que sus grados vayan decreciendo o aumentando constantemente.
El orden está en todas las cosas humanas, y permite el ahorro de esfuerzo y energía: una cosa desordenada funciona mucho peor que una ordenada. Un niño ordenado es un niño tranquilo, que sigue un método para hacer las cosas, que organiza su actividad.
El niño pequeño tiende a ser desordenado, porque no comprende que las cosas han de hacerse de determinada manera. Es función de la educación irle progresivamente ordenando su comportamiento, ello le trae armonía, paz y buena disposición hacia las cosas. Su vida ha de tener también un orden, que se expresa en un horario, en un régimen organizado de su vida cotidiana que le ayuda a tener estabilidad emocional.
El niño también debe aprender que las cosas tienen un orden, tanto para hacer una poesía, como para elaborar una música, como para contar y narrar, es por eso que se le han de enseñar actividades en las que tenga necesidad de hacer uso de un ordenamiento o de comprender un orden de cosas.
En la base de la disciplina está el orden: las cosas han de hacerse de una manera, ello ahorra esfuerzo y granjea la aprobación adulta, pues un niño desordenado y malcriado no concita elogio, algo que le es indispensable para la formación de una autoestima adecuada.
En la escuela infantil hay que organizar la vida del niño, darle un ordenamiento a su vida y sus acciones, y dentro de una independencia que también es necesario propiciarle, hacer posible que tenga una conducta socializada y de buena relación con los demás

paciencia


LA PACIENCIA
PacienciaLa paciencia no es pasividad ante el sufrimiento, no reaccionar o un simple aguantarse: es fortaleza para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas que la vida pone a nuestra disposición para el continuo progreso interno.
A veces las prisas nos impiden disfrutar del presente. Disfrutar de cada instante sólo es posible con unas dosis de paciencia, virtud que podemos desarrollar y que nos permitirá vivir sin prisas. La paciencia nos permite ver con claridad el origen de los problemas y la mejor manera de solucionarlos.
La paciencia es la virtud por la que soportamos con ánimo sereno los males y los avatares de la vida, no sea que por perder la serenidad del alma abandonemos bienes que nos han de llevar a conseguir otros mayores.
La paciencia es una virtud bien distinta de la mera pasividad ante el sufrimiento; no es un no reaccionar, ni un simple aguantarse: es parte de la virtud de la fortaleza, y lleva a aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, grandes o pequeñas. Identificamos entonces nuestra voluntad con la de esa “chispa” divina de la que procedemos, y eso nos permite mantener la fidelidad en medio de las persecuciones y pruebas, y es el fundamento de la grandeza de ánimo y de la alegría de quien está seguro de hacer lo que le dicta su propia conciencia.

Valor Laboriosidad

historia una reflexión inedita

El caballo y el asno

El asno y el caballo
habia una vez Un hombre tenía un caballo y un asno.
Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo:

- Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.
El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima!
Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a ti mismo. 
Si conoces alguna otra fábula para niños y quieres compartirla con nosotros y los demás padres, estaremos encantados de recibirla.